Bernardo de Gálvez
&
Oliver Pollock
María Luisa
Pernía Pallarés
&
Manuel
Olmedo Checa
P
O
Atlas Beudeker.
British Library. London
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad •
El descubrimiento, conquista
y colonización del Nuevo
Mundo está considerada por
muchos la mayor epopeya de
la Humanidad. Sus artífi ces
fueron aquellos españoles enjutos,
morenos, de genio duro,
alentados y fi nanciados por
una Corona que demostró tener
una gran visión política y
de futuro, además de capacidad
de riesgo y de organización
para acometer grandes
empresas.
En aquella heroica iniciativa
estuvieron sostenidos por el
aliento espiritual de una Iglesia
que participó de esas mismas
virtudes, y que no quiso
ser desleal con su compromiso
de dar a conocer la promesa de
salvación a todos los hombres
de la Tierra.
Todos ellos, unidos, se lanzaron
a ese mar desmedido, enorme,
desabrido, cuyos vientos impulsaron
los barcos que llevaban a
aquellos hombres hasta las costas
de un desconocido Nuevo
Mundo, que pronto recibiría el
nombre de América.
Historia de una amistad
Atlas Beudeker. J. Falck sculp.
British Library. London
94
P eNDV
LO
españoles no agotaron sus esfuerzos con la hazaña
del descubrimiento sino que desarrollaron un proceso
de establecimiento y expansión que se extendió
prácticamente a la totalidad del nuevo continente,
desde Argentina y Chile hasta el sur de los actuales
Estados Unidos.
Los demás países europeos que acabaron apareciendo
en el escenario americano lo hicieron bastante
más tarde y procuraron asentarse en lugares
alejados de la ocupación española: Francia inició sus
exploraciones con Francisco I, pero no es hasta 1534
La Monarquía Hispánica,
siguiendo el modelo portugués
de expediciones organizadas
y fi nanciadas con apoyo de la
Corona, promovió el descubrimiento
por Colón en 1492
de
aquellas ignotas tierras, que desde
el principio fueron llamadas
Indias y que fueron vinculadas
a Castilla. Haciendo gala de organización
y de persistencia, los
Novissima Totius Terrarum Orbis Tabula. Johannes de Ram,
Amsterdam, 1583
95
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
cuando Jacques Cartier remonta el río San Lorenzo en
los actuales territorios
de Québec y Montreal, aunque fi nalmente consiguieran
llegar a la desembocadura
del río Misisipí.
La colonización inglesa comenzó a desarrollarse
notablemente una vez que
la monarquía hispana y Jacobo I Estuardo pusieron fi n
en 1604 a
una guerra
que había durado más de cincuenta años. La paz
alentó a los hombres de negocios
ingleses a pedir autorización a su gobierno para
establecer asentamientos
en América del Norte —en lo que se llamaría Virginia—
creando compañías
mercantiles para su colonización.
Por su parte los holandeses no iniciaron sus
navegaciones antes de 1624.
Los disidentes religiosos ingleses, llamados “peregrinos”,
que se expatriaron a
Holanda en su deseo de abandonar la Iglesia anglicana, a
la que consideraban
corrompida, consideraron que el Nuevo Mundo les
permitiría vivir libremente
sus convicciones religiosas pero sin perder el contacto
con las tradiciones inglesas,
y autorizados por Jacobo I, deseoso de desembarazarse de
ellos, se embarcaron
en Plymouth en el barco llamado Mayfl ower, con el que
llegaron a las
costas de Massachussets donde, al estar fuera de la
jurisdicción de la Compañía
mercantil establecida en Virginia, se consideraron
desvinculados de la autoridad
real.
Además de las colonias económicas y religiosas, se
crearon también colonias
de propietarios, mediante cesión efectuada por el Rey
de un territorio a
una persona o a una familia: Maryland fue la primera de
éstas, y se quiso con- América
del Norte,
Franquelin, 1688.
Library of Congress
96
P eNDV
LO
De entre estas personas, funcionarios leales y
cualifi cados al servicio de la Monarquía queremos
destacar la fi gura de un español que en el último
tercio
del siglo XVIII despertó la admiración de España
y de Estados Unidos por sus gestas militares, que
tanto contribuyeron a forjar la independencia de esa
nueva Nación.
El cénit del imperio español se produjo precisamente
en aquella época, durante el reinado de Carlos
III, un monarca que supo rodearse de colaboradores
de gran talla intelectual y singulares valores humanos,
destacando entre ellos de forma muy especial
los miembros de la familia Gálvez, oriundos de
Macharaviaya,
un pequeño pueblo de la provincia de
Málaga.
Como testimonio de la admiración que este
Monarca sentía por las personas formadas, indevertir
en un refugio para la nobleza
católica de Inglaterra, muy
perseguida durante la época de
los Tudor; dentro de este grupo
se crearon también otras colonias,
cual es el caso de Georgia,
para dar una nueva oportunidad
a personas honradas cuya única
tara era haber sido encarceladas
por deudas en Inglaterra.
Todas las colonias se caracterizaron
por contar desde el
principio con un alto grado de
libertad, plasmado en una notable
autonomía jurídica y política:
era precisamente la libertad
la que atraía a los colonos a esas
nuevas tierras. En conseguir su
independencia España y sus
hombres iban a jugar un importante
papel.
Durante casi cien años los
españoles permanecieron solos
en el Nuevo Mundo, con la sola
excepción de los portugueses,
que adquirieron el derecho a
asentarse en Brasil, territorio al
que llegaron en el año 1500.
La
corona de España organizó un
amplio entramado sólidamente
constituido tanto jurídica como
fi nancieramente; desde este último
punto de vista, la explotación
económica de las Indias se
centralizó en la Casa de Contratación
establecida en Sevilla, y
como todo territorio descubierto
era propiedad de la Corona,
a ella correspondía designar los
ofi ciales para su gobierno.
España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias. Pasquines-2. Soneto a José de Gálvez
97
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
pendientes y honradas se cuenta
que D. José de Gálvez, uno de
los cuatro hijos de un campesino
de Macharaviaya que cultivaba
viñas y criaba cabras, habiendo
cursado la carrera de Leyes,
entró al servicio de la Embajada
de Francia en Madrid como
asesor jurídico. Se cuenta de él
que, en su condición de Letrado,
consiguió ganar un pleito al Estado
español; enterado de ello el
rey lo mandó llamar a su presencia
para censurarle su conducta,
pero José de Gálvez se justifi có
diciendo: Señor,
antes que el Rey
está la Ley .
Carlos III apreció su sinceridad
e inteligencia y le pidió que
pasara a su servicio, lo que efectivamente
hizo, sirviendo al principio
como Visitador General del
Virreinato de Nueva España, en
donde reorganizó la administración
de aquellos vastos dominios,
impulsó la minería, colonizó los
territorios de Nueva Vizcaya, Sonora
y Sinaloa, reforzó las frontera
de las Provincias Internas
contra los ataques de los feroces
Apaches e impulsó el descubrimiento
y colonización de California.
Poco después de su regreso a
la Península fue nombrado Ministro
Universal de Indias.
Por su parte D. Matías de
Gálvez, hermano de José y padre
de Bernardo, que había escogido
la profesión militar, estuvo
destinado en las Islas Canarias,
Retrato de D. José de Gálvez. Museo Nacional de
Historia. Castillo de Chapultepec. México
España. Ministerio de Cultura. Biblioteca Nacional.
Madrid
98
P eNDV
LO
en donde organizó diversas expediciones
para poblar La Luisiana, y tuvo una crucial
intervención en el istmo centroamericano,
impidiendo que los británicos lo dominasen
al lograr vencerlos en numerosos combates
que se desarrollaron en los territorios que
hoy ocupan Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Nombrado Capitán General de Guatemala,
D. Matías de Gálvez desarrolló una
dura campaña en la que reconquistó el
fuerte de la Inmaculada Concepción en el
río San Juan de Nicaragua y el fuerte de San
Fernando de Omoa, derrotando fi nalmente
a los ingleses con la toma de la isla de
Roatán. Culminó su carrera al ser nombrado
Virrey de Nueva España, en donde, pese
a la brevedad de su mandato, se distinguió
por su honradez y su buena gestión.
P e
N D V España.
Ministerio de Cultura. Archivo General de Indias. MP-Guatemala, 35.
Castillo de la Inmaculada en el río San Juan
Retrato de Matías de Gálvez. Óleo de Ramón Torres.
México, 1783. Museo de América. Madrid
99
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias. MP-Guatemala, 249. Isla de Roatán (fragmento)
España. Ministerio de Cultura. Biblioteca Nacional.
Madrid
100
P eNDV
LO
Bernardo de Gálvez formó
parte de una familia que prestó
grandes servicios a la Corona
y él mismo estaba llamado
a desempeñar un muy importante
papel no sólo en el interés
de España, que indudablemente
movió sus actuaciones, sino
también en el de la nueva nación
que acabaría por nacer con
la Declaración de Independencia
de las 13
colonias
inglesas el
4 de
julio de 1776.
Fue la respuesta
de éstas a la pretensión
de Inglaterra de resarcirse de
la elevada deuda provocada la
Guerra de los Siete Años, iniciada
en 1756
entre
Inglaterra y
Francia, y a la que España se vio
arrastrada en virtud de los Pactos
de Familia suscritos con los
Borbones franceses.
El ministro de Hacienda inglés pensó que sería
justo que los colonos pagasen al menos parte de lo
mucho que aquella guerra había costado a la metrópoli
y que tantos benefi cios, sin embargo, había
procurado a estos últimos, que además, con la
ocupación
inglesa de los asentamientos franceses en la
costa nordatlántica, les brindó la posibilidad de
colonizar
unos extensísimos territorios.
Por ello, poniendo fi n a la política de “salutary
neglect” o “negligencia saludable”, el gobierno
inglés
ordenó recaudar con mayor rigor los impuestos
ya existentes; pero lo que defi nitivamente despertó
la indignación de los colonos fueron los nuevos
impuestos sobre el azúcar, melazas, café, té, cueros,
hierro, sedas, vinos de Madeira y Canarias, ron, índigo
y el uso obligatorio del papel timbrado. Los
colonos lo consideraron una verdadera requisa económica
para fi nanciar una guerra decidida en el Viejo
Continente de la que ellos se consideraban meros
peones y paganos, y en consecuencia comenzaron a
producirse graves disturbios, entre los cuales tuvieron
gran repercusión la Matanza de Boston el 5
de
marzo de 1770
y sobre todo
el Motín del Té el
16
de agosto de 1773,
que fue el paso defi nitivo
hacia la Declaración de Independencia de
Estados Unidos.
vo
Es
La matanza de Boston.
Library of Congress. Washington
Motín del Té
101
P eNDV
LO
En medio de esta situación de fi n de una guerra entre
Inglaterra por un
lado y Francia y España por otro, y una vez
institucionalizada la rebeldía de los
colonos ingleses frente a su metrópoli, manifestada en
la Declaración de Independencia
de las colonias, Bernardo de Gálvez llegó a Nueva
Orleáns en enero
de 1777
como coronel
del regimiento Fijo de La Luisiana y gobernador de
dicha provincia, un amplísimo territorio que había
sido cedido a España por
Francia tras el Tratado de París de 1763,
que puso fi n a la Guerra de los Siete
Años, para compensar en parte a nuestro país de las
pérdidas que le había provocado
la vinculación a la guerra. España también recuperó
La Habana y Manila,
pero a cambio tuvo que ceder Florida a los ingleses.
La ciudad de Nueva Orleáns, situada muy próxima a la
desembocadura del
río Misisipí en el Golfo de Méjico, era el acceso
natural a una enorme extensión
de tierras de las que los españoles se habían
mantenido tradicionalmente
alejados, debido a se encontraba fuera de su normal
ámbito de infl uencia.
La importancia estratégica de Nueva Orleáns era enorme,
porque era el único
punto en que las posesiones recién adquiridas ocupaban
las dos márgenes del
río, que podía ser cerrado al tráfi co de mercancías
por quienes dominasen tan
estratégica ciudad.
España. Ministerio de Cultura.
Archivo General de Indias.
M.P. Guatemala, 222
102
P eNDV
LO
había abrazado la causa de la independencia de las
Trece Colonias.
Pollock era originario de Pensilvania. Hacia 1762
se trasladó a La Habana para regentar una casa de
comercio.
En 1765
contrajo
matrimonio con Margarita
O’Brien, cuya fi rma se reproduce junto a estas
líneas.
Tras la declaración de independencia norteamericana
del 4
de julio de 1776
Pollock se
encargó de canalizar
las peticiones de ayuda que los Estados Unidos
necesitaban,
manteniendo excelentes relaciones con el
citado Unzaga y también con Miralles, un rico
comerciante
habanero que había sido nombrado representante
de España en Filadelfi a.
Gálvez había sido precedido en su
cargo por el también malagueño Luis
de Unzaga, que siendo Gobernador de
la Luisiana y movido por el interés de
España en ayudar a los rebeldes americanos,
trabó amistad con Oliver Pollock,
irlandés residente en Nueva Orleáns, que
había conseguido una cierta fortuna por
su actividad comercial a través del tráfi -
co de mercancías por el Misisipí y que
Library of Congress. Washington
Estatua de Oliver Pollock, obra de Frank Hayden. Ciudad
de Pollock. Luisiana
Carta de recomendación dirigida a Bernardo de Gálvez,
por John Hancock
103
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
El 2
de junio de 1777
Pollock fue
designado por Benjamín Franklin, Robert
Morris y Charles Lee representante comercial del
Congreso de Estados Unidos
en Nueva Orleáns, y allí se inició su amistad con el
gobernador Bernardo
de Gálvez, lo que facilitó que fl uyera cada vez más
ayuda de todo tipo para las
tropas americanas, comprometiendo en ello su fortuna
personal.
Los ministros José de Gálvez y conde de Floridablanca,
con el conde de
Aranda, embajador en París, organizaron la ayuda de la
Corona a Estados Unidos,
que recibieron secretamente armamento, municiones,
alimentos, equipos
y medicinas. Factor clave para ello fue Bernardo de
Gálvez, que llegó a Nueva
Orleáns con aureola de héroe: había recibido varias
heridas de guerra en la
Provincias Internas luchando contra los Apaches,
dominaba el francés, tenía el
apoyo de su tío el Ministro de Indias y llegaba con
claras instrucciones de la
Corona de defender los intereses de su país, que en ese
momento confl uían con
la ayuda a las Colonias.
Como Gobernador de La Luisiana extremó las medidas para
impedir la
expansión de los británicos que, desde Panzacola y la
Movila —en toponimia
de la época—, perseguían controlar la navegación en
el tramo inferior
del Misisipí, estableciendo o avituallando puestos
fortifi cados en su margen
izquierda, guarnecidos por pequeñas dotaciones del
regimiento Fijo de la
Luisiana.
La preparación, el prestigio y las
cualidades personales del nuevo Gobernador
hicieron que Pollock encontrase
en el joven coronel español el más cualifi
cado y poderoso aliado que en aquellas
críticas circunstancias podía desear
para contribuir desde La Luisiana a que
los colonos que habitaban al oeste de los
Apalaches no fueran vencidos por las
fuerzas británicas, muy poderosas en tierra
y dominadora del mar con su potente
fl ota.
Bernardo de Gálvez, con la autorización
del Ministerio de Indias, facilitó
el préstamo a Oliver Pollock de notables
sumas de dinero, muchas veces sin
más aval que la fi rma de éste, e incluso
en ocasiones toleró el uso del pabellón
español en sus barcos para facilitar
el transporte por el Misisipí de las man á
España. Ministerio de Cultura. Archivo
Histórico Nacional. Estado Leg. 3884
104
P eNDV
LO
Fuerzas del citado regimiento fueron asignadas
a los distintos fuertes que jalonaban el río Misisipí
para reforzar la línea de defensa y comunicación fl
uvial
por el curso del gran río entre Nueva Orleáns
y el puesto de San Luis de Illinois. Fue éste un
importante
bastión para controlar los amplios territorios
comprendidos entre los Grandes Lagos y el río
Ohio, y en él merece destacarse la heroica actuación
del teniente coronel D. Fernando de Leyva, que junto
con algunas tropas americanas al mando del coronel
Clark, abastecido de armas y equipos por los
españoles, consiguieron frenar las incursiones inglesas
que bajando desde Detroit buscaban atacar la retaguardia
española. Otro de los éxitos españoles en
tas, uniformes y medicinas, en
particular quinina, que las tropas
americanas necesitaban. En
1778 Gálvez
llegó a permitir la
entrada en Nueva Orleáns de
buques americanos con bandera
rebelde y decididamente se
propuso entorpecer la navegación
de los buques ingleses por
el curso inferior del gran río, incautándose
de un buen número
de ellos bajo la acusación de
contrabando, hasta que fi nalmente
acabó por prohibir la entrada
en la ciudad a los súbditos
británicos.
A fi nes de 1777
Bernardo
de Gálvez se casó con Felícitas
de Saint Maxent, hija de uno de
los más ricos comerciantes franceses
de Nueva Orleáns, y hermana
de Isabel, que años antes
había matrimoniado con Luis
de Unzaga. Otras dos hermanas
casaron con militares españoles:
Victoria con el marino
Juan Antonio Riaño, Mariana
con el teniente coronel Manuel
Flon y Mercedes con el capitán
Luis Ferriet. Sirvieron también
como ofi ciales del regimiento
Fijo de Luisiana los tres hijos
varones de Saint Maxent, Antonio,
Maximiliano y Celestino.
Gilberto Antonio de Saint
Maxent, padre de todos ellos y
suegro por tanto de Bernardo
de Gálvez fue uno de sus más
incondicionales e inestimables
colaboradores.
América del Norte. Library of Congress. Washington
105
P eNDV
LO
aquellas tierras septentrionales fue la destrucción
del frente de San José, muy cerca
de la actual Chicago, en el mes de febrero
de 1871, que supuso un importante éxito
estratégico.
El Misisipí tenía un gran valor estratégico
porque constituía una gran arteria vital
para los suministros a los americanos que
habitaban al otro lado de los montes Apalaches,
ya que las Trece Colonias estaban encerradas
entre la citada cadena montañosa
y el mar dominado por la fl ota inglesa. Por
ello el gran problema de Washington estaba
en las fuerzas enemigas que procedentes
del Canadá y de la Florida, confl uyendo
por el valle del Tenesse y por Georgia podían
concentrarse en su retaguardia. Consecuentemente
tanto como la ayuda material
y económica española las victoriosas campañas
de Bernardo de Gálvez resultarían
decisivas para el triunfo fi nal de los norteamericanos.
España mantuvo pequeñas guarniciones
en los fuertes de San Luis de Illinois
—ya citado— San Carlos de Arkansas y
San Marcos de los Apalaches, que permitían
controlar los posibles intentos ingleses
de acceder al curso del río y constituían los
puntos en los que los colonos norteamericanos
recibían los aprovisionamientos españoles
que les permitían mantener su lucha
contra las fuerzas británicas. Posteriormente
se crearon los puestos fortifi cados de Nogales,
junto al que nació la actual ciudad de
Viksburg, Nuevo Madrid, San Fernando,
en donde más tarde se estableció Menphis,
Miró o San Esteban, estos últimos ya a fi nes
del siglo XVIII.
La inmensidad del territorio de Luisiana
y su escasa población motivó que otra de
Brion de la Tour, 1720. Library of Congress. Washington
España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias.
M.P. Florida y Luisiana, 139. Fuerte de San Marcos de
los Apalaches
106
P eNDV
LO
España. Ministerio de Cultura.
Archivo General de Indias.
M.P. Florida y Luisiana, 105.
San Luis de Illinois å
Fort Rosalia
(Panmure de Natchez).
Cap. Pittman.
Library of Congress
†
107
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
las importantes tareas de Bernardo de Gálvez fuera el
asentamiento de colonos,
emigrados desde la península y sobre todo de las Islas
Canarias, así como de
franceses y alemanes que profesaban la religión
católica, creando entre otras
las poblaciones de Galveztown —no confundir con
Galveston en Texas—, Feliciana,
Tierra de Bueyes, Barataria, Valenzuela y San Bernardo,
algunas de ellas
hoy desaparecidas.
Una de estos nuevos asentamientos fue Nueva Iberia,
fundada por 82
personas
oriundas de Málaga que componían 16
familias,
cuyas vicisitudes son
narradas en otro artículo del presente número de
Péndulo.
Las relaciones entre Gálvez y Pollock, que había sido
nombrado representante
del Congreso de los Estados Unidos en Nueva Orleáns,
fueron cada vez
más intensas y fructíferas. Si Bernardo de Gálvez se
volcó en ayudar a los colonos
por todos los medios, Pollock suministró a Gálvez la
información precisa
para conocer las intenciones y los recursos de los
ingleses.
España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias.
M.P. Florida y Luisiana, 178. Fuente de San Carlos,
Arkansas
España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias. M.P. Florida y Luisiana, 270.
109
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
A lo largo de tres años la amistad que se forjó entre
ambos quedó defi nitivamente
cimentada cuando en el mes de septiembre de 1779,
una vez que había
sido declarada la guerra entre España y el Reino Unido,
Bernardo de Gálvez culminó
con rotundo éxito la audaz campaña que logró la
conquista de todos los
fuertes que los ingleses tenían establecidos en la
orilla izquierda del Misisipí.
Gálvez tenía un plan de guerra, concebido antes
incluso de que la noticia
del comienzo de las hostilidades llegara a los altos
cargos españoles en América,
plan que no coincidía plenamente con el orden en que el
Gobierno español
había fi jado sus objetivos: para éste la reconquista
de la Florida era prioritaria
a la expulsión de los ingleses del río.
Pero el Gobernador no quería enemigos a sus espaldas y
ante las noticias de
la llegada de unidades alemanas que iban a ayudar a los
ingleses, consideró prioritario
atacar los fuertes británicos pese a su manifi esta
inferioridad numérica y
a la menor preparación de los efectivos de los que
disponía. Bernardo de Gálvez
consiguió reunir bajo su mando a blancos, negros,
mulatos, esclavos y libres; a
españoles, franceses y rebeldes americanos. A ello no
solo contribuyó el generalizado
rechazo a la soberbia y a la crueldad de los ingleses,
sino sobre todo sus cualidades
como líder, su bien ganado prestigio militar, el haber
formado una familia
en Nueva Orleáns al casarse con una criolla y sus
singulares prendas personales,
que le hicieron muy querido de todos.
El fuerte Bute de Manchac, en el que los ingleses
quisieron crear un puerto
alternativo a Nueva Orleáns mediante una obra
faraónica que una tempestad se
España.
Ministerio
de Cultura.
Archivo General
de Indias.
M.P. Florida y
Luisiana, 269.
Fuerte But en
Manchak
110
P eNDV
LO
ciudad de Natchez, rendida tras la intimidación que
Oliver Pollock realizó a sus defensores en nombre
de Bernardo de Gálvez, y con este último episodio
quedó anulado el poder inglés en la orilla izquierda
del Misisipí.
En el breve plazo de tres meses, gracias a la audacia
y al temple militar de Bernardo de Gálvez, España
controlaba todo el curso inferior del gran río,
con lo que ya le era posible centrarse en la reconquista
de la Florida, campaña que supondría un nuevo
y brillantísimo capítulo en la historia militar de
este general español, cuya gesta personal en la bahía
de Panzacola le proporcionaría honor y fama, como
dejamos descrito en el artículo sobre el Galveztown
publicado en el anterior número de esta revista
Las victoriosas operaciones desarrolladas por Bernardo
de Gálvez en el Misisipí tuvieron en Oliver Pollock
un testigo excepcional por haber participado en
ellas desde su planeamiento. Como recoge la biografía
de Pollock escrita por James Alton James, al término
de esta campaña Gálvez le ofreció el nombramiento
de coronel del ejército español, pero el americano
prefi rió continuar su misión de gestionar la ayuda
que
los americanos necesitaban recibir imperiosamente. A
encargó de destruir, fue tomado
al asalto antes de que llegasen los
400 soldados
alemanes que los
ingleses esperaban. Gilberto Antonio
de Saint Maxent, suegro de
Bernardo de Gálvez, que estaba
al mando de la columna de Milicias
Blancas de Nueva Orleáns,
fue el primero en entrar en dicho
fuerte por una tronera.
Después cayó Baton Rouge,
con la estratagema ideada
por Gálvez de enviar a los negros
e indios de su “Real Compañía
de Pardos y Morenos
Leales” a distraer la atención de
los ingleses mientras el resto de
sus tropas protegía el silencioso
emplazamiento de la artillería,
que en la madrugada rompió el
fuego hasta que tras casi cuatro
horas de fuego los ingleses
levantaron bandera blanca y se
rindieron. Finalmente cayó la
Soldados españoles que lucharon en la guerra contra
Inglaterra. Dibujo de Verger. Col. Anne Brown. Brown University
P eNDV
LO
Pollock no puede aplicarse la defi nición de
comerciante que, según el profesor
Nikolaus Böttcher, hizo el independentista argentino
Manuel Belgrano: “alguien
que no conoce más patria, ni más rey ni más religión
que su interés”.
Una pequeña muestra de ello y de la amistad de Oliver
Pollock hacia Bernardo
de Gálvez es que le regaló el bergantín West Florida,
que los americanos
habían capturado en el lago Pontchartrain, y al que
impuso el nombre de Galveztown.
Con dicho buque Bernardo de Gálvez protagonizaría dos
años después la gesta de Panzacola.
La admiración de Pollock ante el gran éxito obtenido
en la campaña
del Misisipí por el joven y brillante gobernador
español quedó
refl ejada en una carta escrita en francés, que se
conserva en el Archivo
General de Indias, y cuya transcripción al castellano
dice así:
Por el conocimiento que yo tengo de sus favorables
sentimientos hacia la gloriosa
causa de América, que he constantemente experimentado
desde la primera
conferencia que tuve el honor de tener con Vuestra
Excelencia poco tiempo después
de de vuestra llegada a este país a comienzos del mes
de enero de 1777; Por vuestra protección a nuestro
pabellón
en diferentes ocasiones ante las hostilidades comenzadas
entre su Majestad Católica y la Corte de la Gran
Bretaña contra las demandas y las amenazas de los
tiranos
ingleses, particularmente durante el tiempo que esta
ciudad estaba en una situación poco defendible; Unido
ello a vuestra última brava y bien conducida
expedición
al frente de vuestras valientes tropas contra las armas
inglesas en Manchac y Baton Rouge, de cuyos distinguidos
servicios yo he tenido el honor de ser testigo ocular,
y de los cuales yo he sido vivamente penetrado. En
consecuencia
solicito a Vuestra Excelencia que me permita
encargar que se le haga un retrato que haré enviar en
la
primera ocasión que tenga a mi Jefe el Honorable
Congreso
a fi n de perpetuar vuestra memoria en los Estados
Unidos de América, formando parte por vuestro elevado
rango como soldado y hombre de honor de los que han
prestado un particular servicio en la Gloriosa Disputa
de la Libertad.
Bernardo de Gálvez se sintió muy reconocido
por el gesto de su amigo y quiso mostrar su
agradecimiento ante tal propuesta contentando
P eND
N D
V España.
Ministerio de Cultura.
Archivo General de Indias.
Papeles de Cuba, Leg. 112
112
P eNDV
LO
El hallazgo en el Archivo de Indias en el año
2006 de
estos dos interesantísimos documentos, que
ya publicamos en el anterior número de P ENDVLO,
nos hizo plantearnos la incógnita de qué ocurrió con
la petición de Pollock y si llegó a hacerse dicho
retrato.
En consecuencia iniciamos la investigación que
ha motivado el presente trabajo, y cuyos resultados
expondremos más adelante, porque ahora debemos
continuar con un breve relato de los siguientes
episodios
de aquella guerra.
Tras la conquista de La Movila el 14
de marzo
de 1780,
Bernardo de Gálvez inició los preparativos
para el ataque al último británico en la Florida
Occidental,
la ciudad de Panzacola,
defendida por
varios reductos fuertemente
artillados,
para lo cual tuvo
que superar grandes
difi cultades y
contratiempos, entre
los cuales no fueron los
menores los obstáculos
que le pusieron los militares españoles en envidiosos
de los triunfos que el joven general había
obtenido. Don José de Gálvez, ministro de Indias, al
tener noticia de la actitud de aquellos mandos, los
califi có de “delincuentes” y ordenó su cese por
haber
desobedecido las órdenes directas del rey Carlos
III.
Al conocer la importantísima victoria obtenida
por Bernardo de Gálvez al conquistar Panzacola
el 9
de mayo de 1781,
Oliver Pollock le envió
desde Nueva Orleáns una encomiosa carta fechada
el 7
de julio de 1781,
carta cuya traducción al
francés hemos localizado en el Archivo de Indias
y
que igualmente reproducimos junto con su versión
en castellano.
al día siguiente, 19
de diciembre
de 1779,
con la siguiente carta:
Muy Sr. mío:
La recopilación de mis obligaciones y la
causa de América desde mi ingreso al mando de
esta Colonia, la protección que he dispensado a
su pabellón antes y después de la declaración de
la guerra contra la Gran Bretaña, la victoria
que consiguieron las armas de mi soberano contra
los fuertes ingleses de este río y la proposición
que V.m. me hace de enviar mi retrato a su Sr. el
muy ilustre y honorable Congreso, con todo lo
demás que comprende su carta de ayer, es una
evidente prueba que V.m. me da del afecto personal
que le merezco y del interés con que mira la
gloria de mi Nación. Por todo ello repito a V.m.
las más atentas gracias y pido a Dios guarde su
vida muchos años.
Nueva Orleáns, 19 de diciembre de 1779.
qu
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España. Ministerio de Cultura. Archivo General de
Indias.
Papeles de Cuba, Leg. 112
n la Habana,
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O
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Occins
los
mandos
Patrimonio Municipal. Ayuntamiento de Málaga
113
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
Nueva Orleáns, 7 de julio de 1781
Señor,
Tuve el honor de dirigiros una carta el 9 de octubre
último, en la que os
mencionaba la esperanza que entonces tenía de vuestro
éxito y actualmente
estoy feliz de verlos confi rmados, aunque no sin las
varias difi cultades que
entonces era casi imposible prever para la naturaleza
humana o para mí ahora
describirlas. Baste, pues, que el asunto haya concluido.
Y vos, fi nalmente,
habéis triunfado sobre la violencia de nuestros
enemigos por vuestro coraje y
capacidad, y sobre la inconstancia y capricho de
vuestros amigos por la fi rmeza
de vuestro ánimo, con el que vuestro rey, patria y
aliados deben estar por
siempre en deuda; por vuestra bravura personal y buena
conducta, de la que
no cabe dar mayor prueba a la posteridad que la casi
certeza que tenían los
enemigos de obligar a vuestra excelencia a levantar el
sitio de Pansacola [sic],
sobre cuya fuerza, enviaron emisarios a los Nachez.
Medidas que, a pesar de
lograr el efecto deseado, pronto resultaron inútiles
por vuestro intrépido celo y
actividad al reducir la guarnición de Panzacola [sic]
el 9 de mayo. La gloria
y el honor que habéis adquirido allí para las armas de
vuestro soberano y el
generoso trato que los enemigos han experimentado de
vuestras manos añaden
nuevo lustre a vuestra persona y deben convencer incluso
a vuestros enemigos de
vuestros sentimientos, que distinguirán siempre al Gran
hombre.
Como actualmente estáis en vísperas de salir de este
país, vengo ahora a
agradeceros todos los favores y la protección que
constantemente he experimentado
desde nuestra primera entrevista en 1777. Tanto en mi
estado particular
como en mi carácter público conservaré hasta la tumba
la memoria de un gran
ejemplo de vuestro candor y justicia, el que
habiéndoseme conocido cuatro años
con vuestra excelencia, no haya estado al alcance de
ningún enemigo público u
oculto haceros pensar mal de mí, por más que la
malicia y la envidia se hayan
empleado al efecto. Todo lo que puedo devolveros a
cambio es una sensible gratitud
y la creencia de que hay pocos hombres en posesión de
más bellas cualidades que
vuestra excelencia para cumplir y embellecer cualquier
deber de un súbdito, de
un amigo y de un protector. Tenéis un millar de
personas que pueden pretender
amaros con tanta apariencia como yo, de modo que,
conforme a la común justicia,
no tengo más que una milésima parte de lo que me
corresponde devolveros. Así,
pues, permitidme solamente deciros cómo deseo estar
grabado en vuestra memoria,
como alguien que fue verdaderamente sensible al honor
que le habéis hecho; como
alguien que no ha sido ni pretendiente, ofi cioso ni
inoportuno; que nunca jamás
nadie os ha representado maliciosamente mis hechos.
Como según toda la apariencia de los acontecimientos me
llamarán pronto
a vuestra corte, ruego a vuestra excelencia tenga a bien
concederme una carta
de presentación para vuestro tío, como tengáis a bien
honrarme con lo que os
3
e O
una España.
Ministerio de Cultura.
Archivo General de Indias.
Papeles de Cuba, Leg. 2370
114
P eNDV
LO
plazca decir al honorable Congreso, deseando
que vos continuéis con vuestro
presente esplendor y virtud. Es lo que
desea, señor, vuestro muy agradecido y
humildísimo servidor.
Oliver Pollock.
¡Oh Rey, ojalá pudiera yo calmar
la ira de la nación inglesa! ¡Modera
tú mismo tu conducta conforme
a la experiencia que te da tu edad!
¡Dios, salvad a Gálvez, gloria de España
y baluarte de estas costas!
Traducción española
de Quintín Calle Carabias
Como podemos apreciar la
carta terminaba con unos versos
que, pese a presentar ciertas difi
cultades para su comprensión,
debidas a la defectuosa traducción
que se realizó del inglés al
francés, encerraban una emocionada
alabanza hacia Bernardo
de Gálvez testimoniando así
el gran afecto que sentía por su
fi gura y la enorme admiración
por sus heroicos hechos, que
habían conducido a la derrota
de los ingleses y que constituyeron
un factor clave para que los
Estados Unidos alcanzaran su
independencia.
Pocos meses después de escrita
la citada carta de Pollock,
España prestó en La Habana
un millón y medio de pesos
para que la fl ota francesa pudiera
aparejar y llegar a bloquear a
los ingleses en la bahía de Che-
España. Ministerio de Cultura. Biblioteca Nacional.
Madrid
115
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
sapeake, según publicó hace años nuestro amigo Eric
Beerman,
gran investigador de la ayuda española a Estados Unidos.
Este
préstamo resultó decisivo y determinante para la
victoria de los
americanos sobre los ingleses el 19
de octubre de
1781 en
la batalla
de Yorktown, que supuso el hecho de armas defi nitivo
para el
triunfo de las Trece Colonias.
A instancias y con la garantía de Thomas Jefferson,
futuro
presidente de Estados Unidos, Bernardo de Gálvez avaló
a Pollock
durante su mandato de gobernador de Luisiana, y
posteriormente
continuó apoyándolo. Muestra de ello es la carta a
Jefferson, que
hemos localizado en el Archivo de Indias, y que fue
escrita por
Gálvez el cuatro de mayo de 1782
en Nueva
Orleáns, en los mismos
días en que Pollock fue nombrado representante
comercial en
La Habana, de la que merecen destacarse algunos
párrafos:
No puedo menos de hacer presente a V.E. los muchos
servicios que ha contraído
a favor de la causa común por haber infl uido no poco
en los primeros
prósperos sucesos de las Armas Españolas contra los
establecimientos ingleses
de este río contribuyendo a que los habitantes de
Natchez aceptasen gustosos
el dominio de S.M.C. sin la menor oposición. Tampoco
debo pasar en silencio
el celo con que se ha prestado en obsequio de V.E. y
particularmente por el
estado de Virginia, por cuyas urgencias se ha visto
precisado a sacrifi car sus
intereses…
Queda así demostrado que la entrega de Oliver Pollock a
la causa de la Independencia
de Estados Unidos le costó cara, pues prácticamente
llegó a perder
su fortuna ya que por la grave crisis
que Norteamérica atravesó al término
de la guerra no pudo hacer frente a las
deudas contraídas.
Bernardo de Gálvez ponía el dedo
en la llaga: estimamos que lamentablemente
en Estados Unidos no se ha reconocido
sufi cientemente el esfuerzo
que personalmente realizó Oliver Pollock
ni tampoco la importancia de la
ayuda logística de España y lo trascendentales
que fueron sus victorias sobre
los ingleses para que pudieran alcanzar
su independencia. La correspon-
Vista de La Habana. Atlas Beudeker.
British Library. London
116
P eNDV
LO
trick Henry, Jefferson… demuestra la estima que
tuvieron al joven y brillante general español, cuyos
éxitos fueron extraordinariamente celebrados
porque suponían importantes avances en su lucha
por su Libertad y su Independencia.
Volviendo al hilo de la cuestión, al término de
la guerra los comerciantes de Nueva Orleáns y de
La Habana solicitaron al Congreso el reintegro de
las cantidades prestadas a Pollock y otros comerciantes
norteamericanos. Al propio Bernardo de
Gálvez Pollock le debía la considerable cantidad
de 74084
Pesos, como
consta en un documento
que se encuentra en los Archivos Nacionales de
Estados Unidos, que gracias a Internet hemos tenido
la fortuna de poder consultar, y cuyo contenido
hemos contrastado con otros localizados
tanto en el Archivo Histórico Nacional como en
el Archivo General de Indias.
Uno de las más claras muestras de amistad
hacia Pollock y del buen hacer de Bernardo de
Gálvez se produjo coincidiendo con la escala
que realizó en La Habana entre febrero y mayo
de 1785
en ruta hacia
México para tomar posedencia
entre Bernardo de Gálvez
y los prohombres norteamericanos
que lideraron la rebelión contra la
crueldad y la arbitrariedad de los
británicos: Hancock, Morris, Pa-
Retrato de John Jay. Óleo de Gilbert Stuart. Diplomatic
Reception Rooms,
U.S. Department of State, Wasington, D.C. De la obra Legado.
España y los
Estados Unidos en la era de la Independencia.
117
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
sión de su cargo de Virrey de Nueva España.
Por los problemas derivados de las
deudas contraídas, a las que acabamos
de aludir, Pollock y otros comerciantes
norteamericanos en Cuba fueron arrestados
en sus domicilios, y gracias a los
buenos ofi cios del Conde de Gálvez fueron
puestos en libertad.
Este gesto de Bernardo de Gálvez,
que Oliver Pollock se encargó de explicar
a su regreso a Nueva York en una
carta de cuatro folios enviada el día 6
de
julio de aquel mismo año desde Nueva
York a Richard Henry Lee, que entonces
presidía el Congreso de Estados Unidos,
y en la que justifi caba el porqué se había
llegado a tal situación:
Señor:
En mi carta de fecha 28 de agosto, tuve el
disgusto de informar al congreso de que me encontraba
en La Habana bajo confi namiento debido
a las deudas que contraje en Nueva Orleáns,
en el servicio de los Estados Unidos y del estado
de Virginia … yo consideraba que era bien sabido
por el Congreso que esas deudas fueron contraídas
por el servicio público, y que previamente
yo había invertido toda mi fortuna personal con
el mismo fi n … y no albergué ninguna duda sobre una
rápida liberación del desagradable
estado judicial al que mi “Amor Patrio” me había
conducido, pero ¡ay de mí con estas esperanzas!
Yo quedé enormemente decepcionado, el desentendimiento
de mi país me dejó expuesto
al rencor de mis ofendidos e indignados acreedores. Solo
Dios sabe cuánto tiempo habría pasado
en estas desagradables circunstancias de no ser por el
alivio que me proporcionó la afortunada
llegada del General Galvez como Gobernador de la Isla de
Cuba … cursé solicitud
a tan digno noble, pero antes de que él tuviera
tiempo … de efectuar mi liberación … fue designado
Virrey de Méjico, lo cual constituyó un
obstáculo para mi libertad, pero este generoso
noble compadecido de mi situación y habiendo
sido testigo de los esfuerzos y sacrifi cios que
118
P eNDV
LO
más que un comerciante: fue un verdadero patriota
que puso la causa de la Libertad por encima de
su legítimo benefi cio, y ello le causó serios
inconvenientes,
que el gobierno de Estados Unidos no supo
reconocer en su tiempo, como lo demuestra la biografía
de James Alton James a la que hemos aludido.
La feliz conclusión del encarcelamiento de los
comerciantes norteamericanos en la Habana motivó
el efusivo agradecimiento del Congreso a Bernardo
de Gálvez, según consta en la carta que John Jay,
Secretario
de Estado norteamericano, envió al Ministro
Floridablanca, que fue contestada por éste en términos
igualmente elogiosos, como puede comprobarse
yo había hecho en Nueva Orleans al
servicio a los Estados Unidos … generosamente
dio un paso al frente, y
se constituyó en mi garante , ante los
abogados de mis acreedores, a consecuencia
de lo cual me fue permitido
partir de La Habana en compañía del
Enviado Español, Sr. Gardoqui.
Merece destacarse que en
esta carta ella Pollock utilizó una
frase en castellano: amor
patrio,
… Oliver Pollock fue mucho
Plaza de La Habana.
Ministerio de Defensa.
Instituto de Historia y
Cultura Militar. Madrid
119
P eNDV
LO
con la lectura de dichas cartas, que igualmente
reproducimos.
La precaria situación de la Hacienda de
Estados Unidos, que estuvo a punto de la bancarrota
al término de la guerra, como ya ha
quedado referido, el pago de alguna de dichas
deudas se demoró al menos hasta el año 1791,
lo que motivó numerosos escritos de los sucesivos
representantes españoles ante el gobierno
norteamericano: Miralles, Rendón, Gardoqui,
Viar y Jáudenes.
Dos años antes, el 10
de febrero de
1789,
Oliver Pollock elevó un escrito al Rey de España
en el que hacía historia de las causas del débito
y le exponía lo siguiente:
Para facilitar pues el pago de deuda tan sagrada y
cancelar las obligaciones que por ella tiene contraída
el
que expone, si V.M. lo tiene a bien, celebrará contrato
con
V.M. obligándose a entregar anualmente a disposición
de V.Rl. Hacienda tres mil barriles de la mejor harina
superfi na de Filadelfi a y cuatro mil común de buena
calidad
de Kentucky al precio de dieciséis pesos fuertes el
barril, doscientos toneles de buen tabaco en rama a diez
pesos fuertes las cien libras…
120
P eNDV
LO
Ni la victoria norteamericana
ni la crítica situación económica
hicieron olvidar a Oliver
Pollock el compromiso que había
contraído con Bernardo
de Gálvez. Durante dos años
continuó insistiendo en que
su nuevo país reconociera los
méritos de quien tan brillantemente
había actuado en benefi -
cio de la independencia de los
Estados Unidos, y no desperdició
ninguna ocasión para recordar
al Congreso los méritos
que él había contraído no sólo
con el aprovisionamiento de las
tropas americanas sino su participación
junto a Gálvez en los
combates habidos en la campaña
del Misisipí.
Una nueva muestra de la amistad
entre ambos se produjo en el año 1785
como seguidamente veremos. Parece que
Pollock pudo ser propuesto para venir a
España con alguna misión diplomática o
comercial, como lo prueba la copia de la
carta de recomendación que Bernardo de
Gálvez escribió el 30
de abril de 1785
a su
tío José, Ministro de Indias, que se conserva
entre los papeles de Pollock en los
Archivos Nacionales de Estados Unidos.
Esta investigación nos ha permitido
localizar el documento que culminaba
la iniciativa de Pollock. El día 9
de mayo
de 1783
John Jay, en
nombre del Congreso,
fi rmaba en Filadelfi a la carta que reproducimos
en la que informaba a Oliver
Pollock del acuerdo adoptado por dicha
institución sobre el retrato de Bernardo de
Gálvez, en los siguientes términos:
P e
N D V Nova
Mexico, John Ogilby, en el libro America,
being the latest, and most accurate description of the New World,…,
Londres, Thos. Johnson, 1671.
121
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
Tengo el honor de informarle, en respuesta a su
petición, que el Congreso ha aceptado
con satisfacción el retrato de D. Bernardo de Gálvez,
que fue Gobernador de la Luisiana, en
consideración a la temprana y profunda amistad que tan
distinguido Señor demostró a estos
Estados Unidos, autorizando que dicho retrato sea
colgado para su exhibición en la pared de
la Casa del Presidente. Con gran placer le comunico esta
decisión.
No hemos alcanzado a averiguar qué ocurrió después,
si es que ocurrió
algo. Hay dos retratos de Bernardo de Gálvez que
pudieron ser pintados para
atender la petición de Oliver Pollock. Del primero de
ellos tenemos una reproducción
en blanco y negro que nos facilitó la familia
malagueña De Haya-Gálvez.
Al parecer se encontraba en manos de un coleccionista
mexicano hace más
de veinte años, y pensaban que la fi gura retratada era
Matías de Gálvez. No hay
datos de su autoría ni tampoco de su actual paradero.
Esta cita nos da pié a recordar que en el presente año
2010 se
conmemora
el segundo centenario del comienzo del proceso de
Independencia de México,
que tuvo su inicio el 16
de septiembre
de 1810 en
el pequeño pueblo de Dolores,
hoy en el estado de Guanajuato, al noroeste de México
D.F. En la madrugada
de aquel día el sacerdote D. Miguel Hidalgo inició una
revuelta popular
con la siguiente proclama:
122
P eNDV
LO
sangriento período que prácticamente se extendió a
todo lo largo del siglo XIX y sumió a México en un
larga y continua etapa de confl ictividad social.
El Virreinato de La Nueva España, junto con
Cuba, fue la más preciada joya de la Corona de España.
Es muy de lamentar que hoy, a punto de cumplirse
dos siglos de la citada efemérides, no haya
entre México y España el grado de sintonía que
debiera
existir. Es tremendamente signifi cativo el contraste
con las relaciones mucho más fl uidas que unen
a Estados Unidos con Inglaterra.
Por ello las fi guras de Bernardo de Gálvez y de su
padre Matías de Gálvez, que fueron ejemplares go-
¡Viva la religión católica! ¡Viva
Fernando VII! ¡Viva la Patria y
reine por siempre en este continente
americano nuestra sagrada patrona,
la Santísima Virgen de Guadalupe!
¡Mueran los gachupines! ¡Muera el
mal gobierno!
Pero aquel levantamiento
derivó hacia otros derroteros,
y paradójicamente condujo
a la independencia de México,
conseguida tras un turbulento y
P e
N D V Fachada
del Palacio Virreinal de México, hoy Palacio Nacional. Cortesía de D.
Francisco Ledesma
Detalle de la campana de Dolores.
Cortesía de D. Juan Íñiguez
123
Bernardo de Gálvez & Oliver Pollock. Historia de
una amistad • Pe
N D V LO
bernantes, y que se ganaron el cariño del pueblo
mexicano por sus extraordinarias
cualidades personales, podrían ser poderosos argumentos
para reforzar
los muchos y variados vínculos que unen a México con
España. En ellos se da
la circunstancia de ser malagueños, y además los
únicos Virreyes cuyos restos
descansan en México, a los que el 29
de agosto del
pasado año 2008
tuvimos el
privilegio de poder recordar y homenajear en un
inolvidable acto celebrado en
España. Ministerio
de Cultura. Archivo
General de Indias.
Monedas-6.
Medallas de la
Academia
de San Carlos
124
P eNDV
LO
La imagen que nos ofrece de Bernardo de Gálvez
representa a una persona con cierta obesidad,
y es muy parecida a la que se realizó en 1786 en
México. Por ello estimamos que este retrato, del que
sólo conocemos por una copia fotográfi ca en blanco
y negro, pudo ser pintado también en México.
Hasta aquí el relato de la amistad que unió a Bernardo
de Gálvez con Oliver Pollock, dos hombres
que lucharon con nobleza y con heroísmo por sus
ideales y por sus patrias. Queda desde ahora pendiente
que, pasados 227 años, el Congreso de Estados
Unidos cumpla la resolución que adoptó en
1783, y el retrato de Bernardo de Gálvez se exponga
en el Capitolio junto a los de otros destacados persola
iglesia franciscana del Colegio
Apostólico de San Fernando.
Y respecto al otro retrato
de Bernardo de Gálvez también
hemos tenido la fortuna de poder
localizarlo en un importante
centro cultural norteamericano,
aunque se trata de una reproducción
fotográfi ca en blanco
y negro. Tampoco hemos podido
averiguar quién lo pintó y
cómo llegó a dicho centro, pero
no desesperamos de alcanzar a
conocer su actual paradero.
l i f i d l C l i L i f d B d d Gál
125
najes cuya intervención resultó decisiva para que la
joven nación
nacida el 4 de julio de 1776 lograse llegar a
convertirse
en la primera Democracia de la era Moderna.
El día que ello se realice supondrá un reconocimiento
a
la entrañable, leal y fructífera amistad que unió a
aquellos dos
hombres que aunaron sus esfuerzos para que Estados
Unidos
pudiera lograr su ansiada Independencia. Y también
será un
nuevo argumento para estrechar los lazos entre dos
naciones tan
lejanas en la geografía, pero tan cerca en los
corazones de quienes
conocen las vicisitudes de aquellos años cruciales, y
sienten
un sano orgullo por la indeleble huella que España
dejó en
toda América durante tres siglos de Historia y en
concreto por
lo decisiva que supuso para la causa de la Libertad
tanto la importantísima
ayuda prestada por nuestra Nación como por las
extraordinarias victorias conseguidas por Bernardo de
Gálvez.
Consideramos que la tarea que hemos realizado
investigando
e intentando resumir en estas páginas tan excepcionales
documentos bien ha merecido el esfuerzo, por cuanto
tales documentos arrojan nuevas e importantes luces
sobre
un período glorioso para la Historia de España y por
supuesto
para la Historia de los Estados Unidos.
The Historical Society of New Orleans Collection
The Kemper and Leila Williams Foundation
Agradecemos la colaboración prestada por D. Javier
Olmedo Checa y por el Padre Pasionista Andrés San Martín.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
Archivo General de Simancas. Archivo Histórico Nacional.
Archivo General de Indias. Archivos Nacionales de Estados Unidos.
Archivo General de la Nación de México.
Townsend Cummins, Light. Spanish Observers and the
Americann Revolution (1775-1783). Louisiana State University Press,
1992. Barbier, Jacques A. The North American role in the
Spanish imperial economy (1760-1819). Manchester University
Press, 1984. Montero de Pedro, J. The Spanish in New
Orleans and Louisiana. Pelican Publishig Company. Greetna, 2000.
Beermann, Erick. España y la independencia de Estados
Unidos. Mapfre, Madrid, 1992. James Alto, J. Oliver Pollock; the life
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Appleton-Century 1937. Din, Gilbert C. The Canary Islanders of
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Louisiana State University Press, 1998. Wall, Bennett H, Louisiana. A
history. Harland Davidson, Inc, Wheeling. Illinois, 2002.
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